Nos pintamos, nos pusimos el casco, cara de mala ostia, y una par de calichazos de hidromiel. ¡A conquistar Aguilas!
Bebimos, robamos, violamos, peleamos, atrezamos, maquetamos, ...; aunque a Roberto le vaciló un pollo gigante y le tiraron del pelo unas gallinas.
Finalmente, en nuestra última batalla contra unas doncellas con algodones de azúcar rosa en la cabeza, vencimos.
Podeis ver el album de fotos pinchando aquí.
En breves publicaré el video del típico saludo Vikingo.
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