sábado, 12 de mayo de 2007

Salaria Kea


"Había que salvar a un soldado malherido; pero aquello no era, ciertamente, una novedad. Como tampoco a nadie sorprendía que ya no quedaran vendas o que el caño del agua ni goteara. Las linternas parpadeaban. Uno de los cirujanos le pidió a Salaria Kea, con la prudencia que requería conocer el carácter reaccionario de la enfermera, que llenara unas bolsas de agua caliente. Ella corrió por los pasillos sin luces, oscuros como su piel. Al comprobar que no había suministro y lo único caliente que quedaba en todo el hospital era una sopa sobre el fogón, no dudó en meterla en las bolsas. El soldado sobrevivió. Y lo más sorprendente es que acaso sus nietos estén leyendo hoy esta historia sin conocer quién fue Salaria Kea."

Salaria Kea, chica del Harlem newyorkino que se alistó en el Batallón Abraham Lincoln como enfermera para ayudar a la República en tiempos de la Guerra Civil Española. Fué destinada a Murcia, donde vivo yo.

Hasta el 12 de Agosto se puede visitar una exposición sobre ella y la relación entre New York y la Guerra Civil Española en esa misma ciudad, New York. El diario La Verdad de Murcia se ha hecho eco de la exposición y ha publicado un artículo sobre esta chica que os reproduzco a continuación.

Pero antes, os estaréis preguntando por qué la he incluido en la sección Heroes/Heroínas. Mas allá de los ideales políticos de cada uno de vosotros, me recuerda que hubo un tiempo donde existían personas que se consideraban ciudadanos del mundo, y que no cerraban los ojos a lo que pasaba fuera de sus fronteras. Es más, además del simple hecho de tener un ideal propio del mundo en el que viven, su compromiso era tal, de dejarlo todo para ir a ayudar a un país extranjero a personas que no conocían, un sentido del servicio y el compromiso que hecho en falta en los tiempos que corren. Recuerdo todavía aquel documental en el que un anciano estadounidense se negaba a hablar a la cámara porque se avergonzaba por no haber podido frenar el avance del fascismo, porque perdieron la guerra. Es decir, arriesgó su vida en una guerra en la que no estaba inmerso su país, y aún así se avergüenza. Era gente hecha de otra pasta, heroes y heroínas de otro tiempo.

Sin más, os dejo con el artículo pinchando aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se oyen tan pocos méritos de las enfermeras y tantos de otros profesionales..............

Unknown dijo...

Ahora que lo dices, tienes razón.

Aún así, personalmente, yo siento un profundo respeto por la enfermería (mi abuelo fue A.T.S. en la guerra civil, bando republicano, y posteriormente en la postguerra) y cierta envidia sana. Debe ser apasionante trabajar en algo tan vocacional y servicial, mas allá de los muchos problemas que tiene cualquier trabajo.

La entrada la escribí porque en cierta manera me recordó a mi abuelo, y porque me sorprendió gratamente el compromiso con una vocación, de estar ahí donde se es más necesario; y eso creo que nadie se lo podrá negar a la enfermería.